El niño de la bolsa vacía
No hay nada mas
frustrante para un niño que la ilusión se vacíe como
su bolsa. La bolsa que ha pedido a su madre para la
cabalgata y que pacientemente ha ido llenando de
baratijas mentales de todo tipo mientras esperaba,
pasada la medianoche, a que llegara la ansiada
cabalgata.
Cuando llegamos a la
Plaza del Ejército Español, al parque del Gran
Teatro, vimos a ese niño, con la cara triste y la
bolsa vacía, ni siquiera nosotros pudimos darle algo
de lo que habían cogido los nuestros, caramelos, ya
que "eran tan pocos...", según decía uno de nuestros
hijos.
La "Gran Cabalgata" del
día 26 de agosto, se convirtió en un murmullo de
comentarios negativos de todo tipo, pero lo que mas
me impresionó fue lo descrito arriba. Recuerdo que
de niño esperaba el día de la cabalgata con tanta
ilusión como él, sobre todo, por ver que iba a
coger, mas que por la parafernalia que anticipaba a las carrozas.
¿Vosotros que organizáis el acto, lo recordáis?
Ya en la Plaza del
Ingeniero Castells, (Ayuntamiento), decían que no
quedaba nada, entonces, ¿por qué un recorrido tan
largo?, ¿se podrían quitar otros actos que no va
nadie para dar mas presupuesto a este?, ¿se podría
incentivar de alguna forma a las asociaciones para
que participen con carrozas o al menos con algún
vehículo que también pueda tirar cosas?
Dentro de los
comentarios negativos, y en el mismo lugar, una
palabra la dijo mas de uno, "tongo", cuando el
último camión, al que seguimos desde la calle Mayor,
casi daba las cosas en la mano a conocidos, y no
tiraba nada mas. Esto también hay que evitarlo, no
estamos en ciertos años que muchos critican pero no
olvidan sus costumbres.
Las preguntas quedan ahí
esperando que sean constructivas, para que el
próximo año, la "Gran Cabalgata" no deje a niño
alguno con la bolsa vacía.
Domingo M. Martínez